Desde un punto de vista personal, pienso que ninguno es el más adecuado ya que depende de muchos factores en cuanto a las actitudes del público, un enfoque intermedio crea mayor impacto en el receptor del mensaje pues conseguimos llegar a él de manera más dinámica mediante la muestra de la realidad o de las consecuencias reales que tiene un comportamiento inadecuado dentro de la sociedad. Así puedo destacar los ejemplos de las campañas de la DGT o del gobierno contra la drogadicción, pues éstos suelen ser muy impactantes y a veces demasiado fuertes. Lo que está claro es que el extremo nunca es bueno, pero personalmente creo que sí que es más efectivo que muestren la realidad, de manera más o menos positiva da igual, obviamente la realidad siempre es dura y negativa en cuanto a estos temas puesto que tales actos tienen graves consecuencias pero es verdad que la verdad duele, y a veces puede generar rechazo.
Las imágenes siempre muestran más de lo que imaginamos, por ello gracias a la publicidad hemos encontrado una solución para intentar modificar hábitos y conductas inadecuadas.
Aquí dejo dos ejemplos para que valoréis que es lo que más os ha impactado y principalmente cuál ha conseguido que mañana al coger el coche recuerdes mejor las consecuencias que tiene ir a mayor velocidad de la permitida.
Sara D.